Saltar al contenido

Paz Yaku, que en español significa «Agua de Paz», es un oasis de tranquilidad y belleza natural ubicado en la provincia de Pastaza, en el corazón de la Amazonía ecuatoriana. Este sitio emerge como un proyecto dedicado a la conservación del medio ambiente y la promoción de la cultura y el turismo sostenible en una de las regiones más biodiversas del mundo.

Rodeado por la exuberante selva amazónica, Paz Yaku se distingue por su compromiso con la protección de los recursos hídricos y la reforestación, convirtiéndolo en un modelo de gestión ambiental responsable. El área alberga una variedad impresionante de flora y fauna, ofreciendo a los visitantes la oportunidad única de conectar con la naturaleza en su estado más puro.

Ubicación

Paz Yaku se ubica en las majestuosas faldas de la montaña Jacalú Urku, exactamente en el kilómetro 1 de la vía a Puerto Santana, dentro de la parroquia Madre Tierra, perteneciente al cantón Mera, en la provincia de Pastaza.

Este destino ofrece a sus visitantes una diversidad de servicios enfocados en la exploración y el disfrute de la naturaleza. Las actividades disponibles incluyen excursiones guiadas a través de la densa selva amazónica, avistamiento de la rica flora y fauna local, recorridos educativos por el orquideario, acceso a un mirador equipado con columpios para admirar el paisaje, zonas de descanso con hamacas y una selección de platos típicos de la gastronomía local. Los costos de estos servicios oscilan entre $3.00 y $20.00.

Paz Yaku abre sus puertas de lunes a viernes, desde las 08:00 hasta las 17:00 horas. Para garantizar una experiencia completa y segura, se aconseja a todos los visitantes venir preparados para la aventura, llevando consigo una gorra, repelente contra insectos, cámara fotográfica, un poncho para la lluvia y traje de baño.


Paz Yaku representa una destacada iniciativa comunitaria enfocada en la preservación del entorno natural, el fomento del desarrollo económico y la creación de oportunidades de empleo para la población local, todo ello bajo un modelo de turismo sostenible. Edgar Mayancha, un miembro destacado de la comunidad con una pasión por la conservación de los recursos naturales de la Amazonía desde su juventud, apoya firmemente este proyecto.